Como seguramente ya sabréis, la Comisión Europea ha habierto un procedimiento de infracción al Estado Español por no adoptar suficientes medidas para la conservación de esta especie, especialmente en lo referente a una reducción significativa de su presión cinegética, ya que no olvidemos se encuentra actualmente clasificada por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) con el estatus de "Vulnerable", por haberse detectado pérdidas de población del 35-49 % en los últimos 27 años.
Con motivo de ese procedimiento de infracción, la Comisión Europea le ha mandado una carta de emplazamiento a España, básicamente pidiendo información al infractor antes de decidir si llevarlo a los tribunales europeos.
Cada comunidad autónoma está preparando su respuesta, la Junta de Extremadura, junto con la Federación Extremeña de Caza, van a defender que hacen una gestión modélica de la especie, porque han reducido el cupo (de 15 a 10 piezas por cazador y día, una reducción que lleva tres años ya sin efecto aparente en las poblaciones de la especie) y especialmente porque destinan unas subvenciones públicas a un proyecto de alimentación suplementaria en varias fincas (unas 6.000 hectáreas en total), donde los técnicos de la Fundación Artemisán (brazo "científico" del lobby de la caza) están demostrando el efecto beneficioso para la especie de esta gestión.
Sin embargo, desde SEO/BirdLife ya se les ha indicado que estas medidas son insuficientes para compensar las tremendas pérdidas de hábitat que ha sufrido la especie en los últimos 10 años en Extremadura, por abandono de cultivos tradicionales o su sustitución por cultivos intensivos, el uso abusivo de productos químicos agrarios (tanto en tratamientos como en semillas blindadas) y otras malas prácticas agrarias generalizadas (como las quemas de rastrojos a finales de verano).
Ha llegado la hora de dejar de cazar tórtolas
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